El queso es un alimento vivo, sigue cambiando sus sabores, aromas y texturas hasta que lo comemos.
Por ello y para que lo podamos consumir en las mejores condiciones posibles debes seguir los siguientes consejos:
- El queso necesita respirar, siempre que sea posible envolverlo con materiales porosos.
- Aceptar que el queso es un material perecedero, que es mejor consumirlo lo antes posible y comprar lo que se va a consumir en un período corto de tiempo, como lo harías con las frutas y verduras por ejemplo.
- Si es posible comprar el queso al corte, donde puedas pedir consejo al vendedor o probar el queso antes de hacerte con él y donde el mismo que te atienda, te de consejos para consumirlo y conservarlo.
- Siempre que cortes el queso hacerlo con un cuchillo limpio, así evitarás el crecimiento de mohos por contaminación cruzada.
- Revisar y cambiar de envoltorio los quesos a menudo, si es necesario.
- La temperatura ideal para conservar nuestros quesos va a variar del tipo de queso del que se trate, en los quesos de tapa dura se deben conservar entre los 8 y los 12 grados, mientras que los quesos de pasta blanda se conservan mejor a temperaturas más bajas, entre los 4 y los 8 grados.
- En caso de que lo conservemos en la heladera debemos utilizar los cajones de la verdura, es decir la parte menos fría.
- Para evitar que el queso se raje y agriete cuando lo guardamos en la heladera es necesario envolverlo bien.
- Lo más sencillo es utilizar el envase original del queso o papel film, eso sí, tenemos que tener cuidado de no apretar demasiado el queso con el papel para evitar que se recaliente y aparezca moho. Si lo preferimos también podemos utilizar papel de aluminio para envolver nuestros quesos.
- Otra opción es conservar los quesos en recipientes herméticos, pero si optamos por estos envases tenemos que tener cuidado con los quesos blandos, se pueden fermentar por la falta de oxígeno y el olor que provoca no es nada agradable.
