El uso de agroquímicos en la agricultura es una actividad frecuente para controlar las plagas que acechan a los cultivos a lo largo de las campañas, con el fin de obtener la menor cantidad posible de pérdidas económicas en la producción.
“La aplicación de productos químicos en cultivos que se destinan tanto a la exportación como al mercado interno está regulada por la legislación nacional de cada país para el cuidado de la salud pública y se rige según los parámetros de toxicidad aguda (la dosis letal 50) y crónica (el nivel sin efecto toxicológico observable, el nivel mínimo de efecto adverso observable y el límite máximo de residuo)”, explican desde la Cátedra de Protección Vegetal de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
Los límites máximos de residuos son la cantidad máxima de residuo permitido por ley que puede admitirse en un alimento y se determina toxicológicamente por la ingesta diaria admisible (IDA), es decir, la cantidad máxima de un compuesto que ingerido diariamente durante toda la vida no ofrece riesgos apreciables para la salud humana.
En Argentina, la resolución SENASA 934/10 establece cuáles son los límites máximos de residuos de los distintos plaguicidas.
Algunos LMR:
“Se determina en función de la toxicidad del producto para la persona y la proporción en que ese alimento está en la dieta media. Una persona puede consumir un alimento todos los días de su vida, con un nivel igual o menos al LMR y no se verá afectada su salud”, explicó el Senasa.
FUENTE: www.infocampo.com.ar