Una buena cocción de los alimentos que consumimos, nos asegura la eliminación de los microbios y de sus formas de resistencia. Pero eso no pasa con algunas de esas toxinas bacterianas como por ejemplo, una de las más habituales, la toxina estafilocócica que es termoestable.
Los estafilococos son bacterias grampositivas; el nombre staphylococcus deriva de la palabra griega staphyle (racimo de uvas) y fue impuesto por un cirujano escocés, Sir Alexander Ogdson, debido al característico ordenamiento microscópico ordenamiento en racimos.
Staphylococcus aureus, conocido comúnmente como estafilococo dorado, es una bacteria anaerobia grampositiva productora de coagulasa y catalasa. Es el patógeno humano más importante que coloniza la piel de la mayoría de los seres humanos. La bacteria que la sintetiza vive en nuestra nariz, debajo de las uñas, en las heridas de los dedos de muchos de nosotros (uno de cada tres).
La bacteria es el Staphylococcus aureus , también llamada bacteria del manipulador, pues muchos de nosotros la llevamos encima. Si la bacteria llega a un alimento porque no lo hemos refrigerado ni tapado después de elaborado, le estamos dando las condiciones adecuadas para que sintetice la enterotoxina.
¿Cómo evitar las toxiinfecciones alimentarias?
En general, para evitar las enfermedades de transmisión alimentaria, sin entrar a métodos específicos para unos gérmenes concretos, seguiremos las siguientes pautas:
- Respetar la cadena de frío
- Vigilar que no se produzcan contaminaciones cruzadas
- Adecuada formación de los manipuladores
- Acortar lo máximo posible el tiempo que transcurre desde que se elabora un alimento hasta que se consume (atencion con las jornadas de campo y las colonias de vacaciones)
- Correcto lavado de manos y uso de barbijo en la elaboración de productos frescos
- Tratamiento térmico correcto
- Control sobre los proveedores y materias primas