Las buenas prácticas de manipulación nos marcan una manera concreta de hacer las cosas para, por ejemplo:
- no contaminar los alimentos
- impedir la proliferación de microorganismos que nos causan enfermedades
- asegurar una limpieza correcta de superficies y utensilios para que no se conviertan en un foco de contaminación
Todas esas pautas que deben seguir los manipuladores no son arbitrarias, sino que se basan en el conocimiento científico. Por ejemplo, sabemos que la Salmonella se desarrolla bien entre los 10 y los 40ºC y que se muere a 74ºC.
La mayor parte de las enfermedades de transmisión alimentaria se dan en el hogar (casi el 80% según la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria, la mitad por Salmonella). No suelen ser graves y desde luego, nunca salen en los medios. Pero no deja de ser importante recalcar que los culpables somos nosotros mismos y que con un mínimo de información se reduciría muchísimo la incidencia de infecciones e intoxicaciones alimentarias.
- ¿Sabes por qué no se debe descongelar a temperatura ambiente?
- ¿Y a qué temperatura hay que mantener la comida caliente para evitar la proliferación de microorganismos?
- ¿Tenes idea de lo que significan las estrellas de tu heladera o a qué temperatura debería estar?
- ¿Conoces la diferencia entre limpieza y desinfección?
Por tanto, detrás de la higiene hay ciencia, mucha ciencia. Y la legislación se basa en esos conocimientos científicos. Debemos comer de forma equilibrada y saludable. Pero también debemos cuidar los alimentos que pasan por nuestras manos.