La triquinosis es una enfermedad parasitaria y transmisible. Las personas se contagian de modo accidental, por la ingestión de carne o derivados cárnicos, crudos o mal cocidos, que contengan larvas del parásito vivos.
En Argentina, la principal fuente de infección para el ser humano es el cerdo doméstico, aunque también existen otras, como el jabalí o el puma.
Si se ingieren los huevos de triquinosis, pueden vivir en los intestinos y eclosionar en gusanos adultos. Los gusanos adultos producen más huevos que pueden viajar a varios tipos diferentes de tejido en el cuerpo.
Las personas infectadas con triquinosis no siempre tienen síntomas, sin embargo, si lo hacen, podrían experimentar:
- Náuseas y vómitos
- Dolor abdominal
- Diarrea
- Cansancio
Si la infección ha progresado hasta el punto en que los gusanos han afectado el músculo u otro tejido, también podrían experimentar:
- Fiebre
- Hinchazón
- Dolores de cabeza
- Debilidad
- Dolor muscular
- Sensibilidad a la luz
- Conjuntivitis
La medicación antiparasitaria, el alivio del dolor y los medicamentos antiinflamatorios son todos tratamientos posibles para la infección por triquinosis. Sin embargo, como otras enfermedades, la prevención es siempre la mejor defensa.
Para ayudar a prevenir una infección por triquinosis, se recomienda:
- Consumir carne de cerdo y derivados frescos y bien cocidos (es decir, cocinándolos hasta que desaparezca el color rosado). Tener en cuenta que salar o ahumar la carne no es suficiente para matar al parásito.
- Adquirir los productos derivados, chacinados y embutidos (como jamón, panceta, longaniza, chorizos) solamente en comercios habilitados. Verificar en la etiqueta que hayan sido elaborados por empresas autorizadas donde se especifique marca, identificación del lote, fecha de elaboración y vencimiento, identificación del establecimiento elaborador y registro ante la autoridad sanitaria. La venta callejera de estos alimentos está prohibida.